martes, 30 de agosto de 2011

Conversar...

Conversar... ¿de pie, tumbados o sentados?... Sí, para mí la postura tiene su importancia.

Conversar de pie... de entrada, al cabo de un rato, cansa ver y/o participar en el baile de los que intercambian.... poca cosa en realidad; es la charleta de los que pasaban por la calle y se han topado con conocidos... "conversación" que termina siempre por un :" A ver si nos vemos, tomamos algo y charlamos un rato"

Conversar tumbados... en la alfombra, en la arena o en el cesped:  conversación ligera, amigable, entrecortada, intranscendental, de cotilleos o de confidencias, a media voz, amodorrada...

Conversar tumbados ... en la cama... ¡Ay! esas conversaciones... esos intercambios y sus puntos suspensivos...
( Aquí viene una línea de puntitos suspensivos para que cada uno la rellene a su gusto)

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Bueno.... volvamos a lo nuestro.

Conversar sentados... Sí, pero sentados ¿dónde? ¿cómo? etc...etc... ¿Silla, sillón, frente a frente , al lado de, con mesa de por medio, sin ella? ¿qué clase de mesa?... ¿de trabajo, de restaurante?

En el restaurante por ejemplo: una mesa cuadrada... cuatro lados que llamaré A,B,C,D ( en orden de las manillas del reloj) y dos comensales que llamaré X e Y.
Pues bien, los asientos AB o BC son sitios que favorecen el conversar de X e Y:  ningún florero dificultando las miradas como en AC o BD, las manos pudiendo tocarse sin derramar el salero ( que es siempre un incidente desagradable, siendo supersticioso o no) ...
No está mal... pero siempre corta la conversación el camarero con un  :"¿Los señores tomarán café?"

Buscando, buscando esa postura ideal para una conversación, creo que el asiento que más me gusta es algo que en francés se llama "une causeuse" ( de "causer" = conversar) y en español "un confidente", meuble corriente en los salones románticos (Bécquer hace referencia a una "causeuse" de terciopelo azul, no recuerdo dónde...)

No sé dibujar pero se parece a algo así... ahí va...



Bueno.... lo avisé... no sé dibujar ... pero con algo de imaginación... o mejor ... algo así...



 Creo que ha quedado claro..... no estoy muy segura... en fín...

Me gusta, porque cada uno mira en la dirección que le apetece en ese momento ( esto de mirar siempre en la misma dirección... no sé... falta diálogo visual a mi gusto)... mirando en la dirección que apetece a cada uno, pero sin estar adosados ( "dos à dos" es decir "espalda a espalda") que es como estar frente a frente (enfrentados) pero además peor... sin miradas.

Y me gusta porque ninguno de los dos invade el territorio de las posaderas del otro.

Y me gusta porque, sin embargo, con poco esfuerzo de cervicales y/o tronco, se puede leer en los labios, se pueden mezclar las miradas y/o las manos.

Sí... creo que es mi asiento ideal para poder conversar... durante toda la vida.

Pompita para un desconocido que utilizó la expresión "dos à dos"...  y me inspiró, esta noche, este conversar entre yo y... yo ...   (monólogo pues mi interlocutor habitual ya se ha ido a la cama, aburrido de mi divagar.... tendré que comprar una "causeuse" ... o ...)

martes, 23 de agosto de 2011

Cada ranita a su charca

Érase una vez una rana pequeña y marrón que vivía en una charca pequeña y verde: esta charca era su casa.    Y ella estaba a gustito, nadando, cazando mosquitos y libélulas, tomando el sol en la orilla entre los juncos y croando sin parar...
( sí, Rodrigo, croar es cómo hablan las ranas)
...croando sin parar y  jugando al escondite con sus hermanas y sus primas, debajo de las florecitas de agua.




 Una vida fantástica para una rana de primavera.

Pero, llegó el verano y cada día el sol se bebía un traguito del agua de la charca y la rana le croaba más y más a la luna, contándole su pena.: "Croa, croa, se seca, se seca, croa, croa...."

Los humanos oyen a las ranas y a algunos (los poetas) les gusta el croa-croa, sobre todo en las noches de luna llena.
A otros, en cambio, les molesta (sobre todo cuando quieren dormir porque se preguntan lo que quieren decir las ranas y como no saben contestar, dan vueltas y vueltas en la cama)
Pero en general, a los humanos, todo este croar les parece igual ..... Aunque en realidad, cada familia de ranas tiene su forma de hablar-croar y ...

( -¿Cómo lo sabes?
-Me lo ha dicho un pajarito.
-Los pájaros no hablan.
-Pues yo conozco uno que habla. Y habla mucho. Y me lo dijo él...Otro día, os cuento la historia del pájaro parlanchín...
- O la de los duendes del jardín de Tato, los duendes de la campanilla.)

...En la charca, los días pasaban, todos iguales... No, todos iguales, no: de vez en cuando "algo" grande y gris pasaba entre las ranas y el sol. A veces, bajaba del cielo esta sombra grande, una especie de libélula enorme, blanca y negra con unas patas naranjas y un pico muy grande
(- ¡Es una cigüeña y se comen a las ranas!  - ¡Sí, muy bien Rodri!)

Cuando se acercaba la cigüeña, las ranas mayores dejaban de croar y saltaban  plof! plof! plof! a lo más profundo de la charca donde se escondían en el barro.Y las ranitas pequeñas plof! plof! plof!  las imitaban: las ranitas pequeñas saben que hay que hacer siempre lo mismo que las ranas mayores...
(-Sí, Gonzalo, tienes razón ..." fumar es feo" ... entonces vamos a decir... "casi siempre")
Las ranitas pequeñas saben que tienen que hacer ... casi siempre... como las ranas mayores.

... A veces, otras sombras grises, unas grandes y otras más pequeñas, se acercaban a la charca y parecía que se iban a caer el cielo y la tierra entera del ruido que armaban.
Las sombras pequeñas tiraban rocas enormes a la charca que parecía un mar con olas gigantescas y las sombras grandes hacían unos ruidos raros: "¡Niños!...¡venid aquí!"

("Son los humanos y croan así, decían las ranas mayores, mejor callarse cuando están cerca.")
(-Croa, croa, croa, croa.....
-Sí, Paula, así hacen las ranas para decirnos que no les gusta nada que se tire piedrecitas a su charca)

Pues resulta que un día de verano, con el sol que picaba y mucho calor, como hoy, las ranas decidieron viajar en busca de otra charca porque la suya se estaba secando...
-¿A dónde fueron?
-No sé a dónde irían las otras, pero la ranita preguntona  ( Sí, como tú, Gonzalo) se vinó a nuestra piscina...





-¿Nos la quedamos?
-No, no nos la podemos quedar. El agua de la piscina tiene cloro y...
-Y pica los ojos.
-Y a mí, no me gusta bañarme con bichos en la piscina.
-Mañana, la llevaré a la charca grande ¿Vale?
-Vale.

Una enorme pompa de besitos de rana para mis sobrinos-nietos y sus papis ;-)

martes, 9 de agosto de 2011

Las tumbonas nuevas y... el melonero

¡Por fín! Despues de varios intentos, ya tenemos tumbonas nuevas para disfrutar despues de la piscina.

Son ideales, con sus 6 posiciones progresivas: una para leer, otra para charlar, otra para soñar mirando el cielo, otra para dejarse acariciar por el sol ( los ojos al abrigo de la cortina anaranjada de los párpados), otra para caer en la tentación de una media siesta, otra para tumbarse, tipo lagarto, boca abajo,  y caer en la tentación de una siesta entera...

Son fuertes, de un color discreto, con tela... ( no recuerdo lo que ponían en la etiqueta)... tela que no guarda la humedad y resiste años de sol intenso ( espero que no me hayan engañado, no me gustaría tener que irme otra vez de "excursiones" en busca de la tumbona ideal, dentro de pocos años...y volver a gastarme ... lo que me gaste: una burrada)

Las colocamos, a pocos metros del agua : una al sol y la otra a la sombra, una mirando hacia el oeste y la otra ha cia el este (cada uno tiene sus manías ... y en eso de las tumbonas también.). Sonreímos.
Nos instalamos, disfrutando anticipadamente de una tarde de tranquilidad y lectura y modorra ( ventajas de quedarse en casa en agosto)
Nos sonreímos y cada uno se enfrasca en su libro.

Cantos de pájaros... vuelo de las golondrinas que, como todas las tardes, vienen a beber ahora que hemos salido del agua... risas lejanas de niños jugando al balón en la pradera... un perro ladrando sin convicción, unas calles más allá, lejos... Modorra...

..... Y ¡de repente, esta burbuja de paz estalla!

"¡El melonero! ¡Oiga! ¡El melonero! ¡Melones de Villaconejos! ¡El melonero a la puerta de su casa!¡El melonero! ¡Oiga!"

Y así durante diez minutos o más.... el paso del tiempo es muy subjetivo...

La furgoneta pasea su altavoz por las calles de la urbanización...... como todos los veranos.
Por el sonido, nos entretenemos en apostar por qué calle andará: conocemos su recorrido y sus pausas de silencio más o menos largas, que dependen del estado de la despensa de nuestros vecinos... Hoy, poca gente quiere melón: los silencios son pocos...
Ya está cerca e insistente... da la vuelta por la plaza .... y se aleja.... Cada "¡El melonero! ¡Oiga!..." baja de intensidad....

Sonreímos e intentamos volver al punto mágico donde estábamos...




Pero se rompió el encanto... Se ha levantado algo de aire, las golondrinas han desaparecido, una nube viajera se acerca, se interpone entre el sol y mi tumbona, he perdido mi página y ni me acuerdo de por dónde andaban los protagonistas de mi libro.

Te pasa lo mismo y te levantas ...
-"¿Quieres tomar algo?"
-"Sí... Algo de fruta si me haces el favor"
Vuelves con un vaso de zumo de tetrabrick.
-"Es que, como llevamos dos días sin salir de casa, casi no queda fruta: un par de melocotones poco maduros y poco más..."
Rompemos a reír - "¡Podríamos haber comprado melones!"

La próxima vez que venga el melonero, mis vecinos disfrutarán de unos momentos de silencio.
No sé si han comprado tumbonas nuevas...

martes, 2 de agosto de 2011

Un disco...

... Un disco, para mí, entrañable... con él descubrí la voz de Serrat, aprendí  "par coeur"... con el corazón, como se dice allí (de memoria que se dice aquí) poemas de Machado,  con este disco, intenté pulir mi pronunciación, con él soñé en la distancia y la espera ... y esta canción me inspiró el nombre de este rincón...





Esta pompita para quien  me lo regaló... hace...... muchos años..... pocos años...
Y seguimos andando el camino... verso a verso.