martes, 7 de enero de 2014

Un cuento de invierno


Os confieso que la primera vez que noté su presencia, me molestó:
me gusta pasear sola, con el único sonido del chasquido de la hierba helada y quebradiza bajo mis pies.
Y durante aquel paseo, me sentí observada, como si alguien me siguiera. Pero no veía a nadie.
A ratos un mirlo levantaba el vuelo, gritando enfadado, lo que me hacía sospechar que allí estaba, detrás de mí.
Varias veces me dí la vuelta muy rápidamente para pillarle pero desaparecía siempre detrás del tronco de un enebro o entre las rocas.
Y sólo entreveía un reflejo fugaz, una especie de relámpago azulón.
Me pareció pequeño, muy pequeño. Demasiado pequeño para estar paseando solo entre riscos y jaras.
En el sendero de vuelta, donde el sol no había alcanzado a derretir la nieve entre las matas de tomillo, me llamaron la atención unas huellas diminutas.
No eran de un animal conocido; más bien se asemejaban a las de un niño...pero descalzo... y eran tan, tan pequeñas... Las seguí. Apartándome del sendero y escudriñando entre las plantas silvestres.
Muy intrigada, me dejé llevar por ellas durante un rato, como quien sigue miguitas de pan, y comprobé que a cada paso se hacían más pequeñas aún, más ingrávidas, saltarinas, erráticas; parecían sin rumbo fijo; haciéndome arduo el camino en su busca...
Hasta que, como un espejismo, se desvanecieron al pie de una madriguera abandonada, su entrada obstruida por la música de una frágil cortina de telarañas de cristal y lágrimas de hielo.

Unos días más tarde, pensando todavía en el curioso incidente,
me disponía a dar de comer a los pájaros cuando le vi otra vez:
algo más grande que un gorrión, con un capirote celeste terminado por un bonito madroño de espumillón plateado; y sin nada que cubriera su cuerpecito blanco salvo un leve y deshilachado pantaloncito añil de reflejos herrumbrosos que le llegaba a la mitad de las pantorrillas. 
Pude observarle a placer: estaba dormido, medio escondido entre la hiedra escarchada, la cabeza apoyada en el madroño de su gorro,
largas pestañas rufo dorado y labios del color del cielo serrano, esbozando una sonrisa. Y le reconocí:

                            ¡¡ Era un duende de invierno !!

¿¿ Qué hacía aquí en el jardín ??
                            ¿No viven los duendes en los bosques?

Como si hubiera oído mi pregunta muda, abrió los ojos, se desperezó con cinco piruetas, me sonrió con un guiño pícaro y se sacudió el azúcar impalpable de la escarcha pegada en los pies y en su traje brillante .

Luego, sin palabras, trepó ágilmente hasta el comedero de los pájaros
y se sentó en el borde, esperando.
Recobrándome de la sorpresa, conseguí preguntarle, en voz baja:
"¿Tienes hambre?" Me sonrió, afirmativo.
Con el plato de los pájaros todavía en las manos, le propuse:
"¿Te apetece esto?" Y a modo de respuesta, se lo comió todo.

Me habría gustado preguntarle sobre su vida, sus gustos, de dónde venía, cómo se llamaba y muchas más cosas, muchísimas... pero recordé que los duendes de invierno no hablan.
Y me quedé callada, mirándolo, asombrada por su apetito.

Cuando se cansó de comer, quitándose el gorro me hizo una reverencia graciosa, me mandó un beso y desapareció al pie de la vieja lila, tragado por la trampa apretada de sus recias y grises ramas, desnudas como espadas y donde la nieve, ya sucia, se resistía a desaparecer.

Esto ocurrió hace unos años y nunca le he vuelto a ver...
pero en las gélidas mañanas de invierno,
siempre relleno un poco más el comedero de los pájaros,
por si vuelve...

Y una mañana de hace poco, encontré esta diminuta joya,
            con su cadenita de plata titilando,
colgada de una rama desnuda de hojas y orlada de nieve.



No sé cómo llegó hasta aquí...
pero sospecho que se deslizó por un rayo de luna
y me hace ilusión imaginar que quizá, me la ha regalado un duendecillo
desde el bosque de estrellas del cielo,
jugando al escondite detrás de las nubes blancas.

Pompita de invierno.

.

35 comentarios:

  1. que historia mas encantadora , la niña que hay en mi te dice que es un duendecillo , no lo dejes escapar pues se dejan ver muy de tarde en tarde ( tal vez no lo vuelvas ha ver ) , me gusta tu blog te dejo mi enlace por si me quieres visitar , un saludo. http://amorporlovintag.blogspot.com.es/

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    1. Bienvenida amorporlovintage :)
      Los duendes, ya se sabe, son imprevisibles. ;) y si no vuelven, siempre queda su recuerdo. :)
      Una visita te haré. :)

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  2. Por Dios, QUÉ BONITO, PERO QUÉ BONITO. Y te diré más, si lo vuelves a ver, pregúntale si le gustan las pipas y quicos sobre suelo de jardín. Si es que sí, me lo presentas y ya le digo que se teletransporte a la zona mediterránea, jajajajaja...

    Por cierto, mientras iba leyendo resonaba en mi cabeza la canción de David el gnomo, así que te la pongo:

    http://www.youtube.com/watch?v=ULkxza-6ww8

    Hala, un besazo y a disfrutar de los deliciosos paseos por la naturaleza de invierno (yo prefiero pasear con una cazadora que sin camisa y encima sudando, como cuando vienen las hadas del verano, jajajajaja)

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    1. ;) Si lo vuelvo a ver, transmitiré tu petición: seguro que le encantará compartir tu cocina llena de niños y viajar en tu tren :D
      Me encantan estos paseos con la niebla como hoy pero llegan lluvias :(
      Besotes a todos ;)

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  3. Te echó de menos y fue a visitarte, se había acostumbrado a verte por el bosque ;)
    Cuando le estos preciosos relatos, envidio a los que os ponéis delante de tecalo y halaaaa os sale todo de corrido... con lo que a mí me cuesta...
    Esos paseos de invierno son de un gran placer, viendo el cambio que experimenta la naturaleza. Béjar es también de sierra y ha estado todo helado, ahora no hace más que llover:((
    Gracias por este cuento de invierno:))
    Un beso.

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    1. Seguro que en tu sierra también hay duendes, Laura :)
      Yo vi unos muy cerca, en la sierra de Francia y otros en las Batuecas: andaban en el agua. ;)
      Gracias a ti, artista de las fotos :)

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  4. Me encanta.
    Sabe que encontrarás el mensaje y serás más feliz. Hay seres que, sin hablar, se hacen entender.

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    1. Sí... creo que tienes razón, mariajesús. A veces las palabras sobran.

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  5. Lo que tienen tus cuentos es que me tienen sonriendo de principio a fin, ha sido ver la palabra duende y :D :D :D :D con el frío del invierno se agradecen estas palabras cálidas, el regalo del duendecillo era más que merecido, y seguro que aunque no aparezca en el jardín, dejó su espíritu en los árboles y en los pájaros :)
    Gracias por este reconfortante cuento, un beso enorme con forma de estrella de hielo.

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    1. :D Te he contagiado :D
      ¿Ves lo importante que son los árboles? A parte de todo lo que ya sabemos de ellos, te permiten descubrir la importancia de los duendes.
      Gracias a ti por tus siempre cálidas palabras.

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    2. Mira :D para ti! Lo he visto y he venido corriendo :D http://www.microsiervos.com/archivo/curiosidades/este-es-el-resultado-de-hacer-pompas-de-jabon-a-20-grados-bajo-cero.html

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    3. :D Tú me quieres matar corazón :D
      Con lo friolera que soy, creo que ni soplar pompitas podría con esas temperaturas :D
      He mirado tu regalo-enlace y de verdad son una maravilla esas fotos.
      Gracias, guapa. Muchas. :))

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  6. Precioso. Me lo guardo para leerselo a mis peques.

    Gracias

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    1. :) Gracias, Lourdes: que les cuentes historias de duendes a tus peques es muy bonito.
      Si se te da bien poner vocecitas de animales, mira éste ;)
      http://franpompasdejabon.blogspot.com.es/2013/10/un-cuento-de-otono.html

      Un beso y una sonrisa :)

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  7. ¿Seguro que era un duende? ¿No sería la zarigüella? :) Yo es que soy escéptico, ¿sabes? En cualquier caso, podía no haberse marchado hasta el 20 de marzo de aquel año, pobretico :)

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    1. ¡Cómo se nota que has pasado mucho tiempo en el túnel últimamente! y has perdido los prismas. :) Para mí que era un duende: las zarigüellas son nocturnas y no creo que las haya en nuestra sierra ;)
      La próxima vez que le vea le hago una foto :D

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  8. Jaja...Framboise, te cuento que tienes un don especial cuando escribes en esta clave -¡¡Me encanta!!

    Te imagino rodeada de niños...¡¡Con la boca abierta y hechizados!!...;))) -Dentro de poquito, empieza la danza de los de primavera en el jardín...;P
    B7s

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    1. ;) Mari, serán mis gotas de sangre bretona que corrigen mis ratos prosáicos ;)
      Un contra peso, creo.
      El caso es que disfruto con mis duendes. :)
      ... ¿Duendes de primavera? :D Están lejos aún...
      B7s

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  9. Mucha sensibilidad, mucha ternura y una prosa poética incomparable, hacen que esta narración sea digna de una antología del buen gusto literario.
    Un abrazo.

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    1. Juan... creo que eres muy indulgente conmigo.
      Me agrada que te guste y los cumplidos animan siempre a mejorar. Gracias.
      Un abrazo.

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  10. ¡Qué bonito Fram! Me quedo encandilada, prendada de tus palabras y ya vuelo a ese jardín y busco las estrellas de hielo que ha dejado el duende de regalo... ¡con lo que me gustan a mi estos paseos de invierno cuando cruje el suelo con la escarcha!

    Besos

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    1. ;) Ya ves: soy una contradicción :D Me maltrata el frío y sin embargo me gustan sus duendes. Es que el paisaje de invierno, con su niebla y su escarcha, tiene un misterio que no tiene bajo el sol implacable y abrasador ¿verdad?
      Besos y sonrisa :)

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  11. Es cierto, Fram, siempre es un encanto leerte y descubrir con qué nos sorprenderás en cada post. El día del Reyes encontré una perdiz en el campo, estaba enferma y tenía frío. Pensé en ti y traté de cogerla pero no hubo manera. Tampoco quise hacerle sufrir porque cada vez que intentaba sujetarla perdía muchas plumas. Me dio pena, seguro que el frío del invierno se encargará de hacerle desaparecer.

    un abrazo

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    1. Sí, el invierno tiene muchas caras y la naturaleza es implacable con quien no está preparado. Yo también habría intentado algo... dan pena.
      Y hablando de sorpresas... :D tú, tampoco te quedas corta :D y siempre me quedo yo... intrigada por ver hacia dónde nos llevas :D Y nunca estoy segura de haber descifrado tu camino...
      Un beso, Esil. :)

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  12. Qué bonito tu duende de invierno. Cómo me gustaría poder creer en ellos y que hubiera un poquito de magia
    Besos

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    1. El creer en la magia es cuestión de cambiar de gafas unos ratitos al día: usar siempre unas normales cansa la vista. ;)
      Un guiño lector ;)
      "Todos tenemos dos vidas: la verdadera,que es la que soñamos en la infancia y que continuamos soñando cuando aldultos, en un sustrato de niebla; la falsa, que es la que vivimos en convivencia con otros, que es la práctica, la útil, aquella que acaba por meternos en un cajón." Alvaro de Campos... ;)
      Besos

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  13. Tienes que contarnos de vez en cuando tus encuentros con los duendes de invierno, son los únicos que me hacen más soportable esta estación y más después de unos día de lluvia y nubes.
    Claro, fue el martes cuando volvió el sol... gracias, Fram. Y dale las gracias a tu duende cuando le veas...
    ¡Besazos!

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    1. :) LuísMi, no te creas que sea tan fácil encontrarlos a menudo: son muy esquivos.
      Y más por los tiempos que corren... pero hay que buscarlos.
      No seas tan duro con el invierno, hombre: es necesario para disfrutar luego de la primavera.
      Igual que tu lucha para que disfrutemos de lo que te inspiran tus musas ;)
      Besote y ¡ánimo!

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  14. Mira que regalo tan inesperado como bonito, digno de ese duendecillo del bosque. Me gustó tu cuento :)

    Bss.

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    1. La nieve es uno de los regalos del invierno ¿verdad? y la formación de estos cristalitos siempre me ha parecido maravillosa.
      Besos y sonrisa, Mar :)

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  15. Te encontré en el cumpleaños de Juan L., y tuve curiosidad por conocerte, después de curiosear entiendo que ella no fue , sino mi intuición.

    El cuento que has hecho vivir siendo yo la protagonista, es una auténtica delicia, entra suave la historia e igualmente te conduce hasta ese encuentro donde tampoco hay palabras..., deseo seguir tu imaginación y decir que un placer llegar hasta aquí, tal vez es un regalo de Juan L.

    Besos ♥

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    1. Bienvenida seas, Tramos Romero. :)
      Nos leeremos, aquí o allí o en casa de Juan. Es lo bueno de los cumpleaños: conocer a los amigos de nuestros amigos.
      Abrazo y sonrisa.

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  16. Qué cuento tan tierno, tan bonito y encantador. Me ha entusiasmado. Tus relatos aportan alegría, entusiasmo y recuerdos infanciantiles
    El viento de lebeche te seguirá aunque no se deje ver.


    Viento de lebeche,
    dormido entre los juncos, praderas o páramos.
    Te despierta un susurro, la luz de la aurora, un canto de pájaro.

    Viento de lebeche,
    despiertas, te agitas, aleteas, sacudes los restos del sueño.
    Mañanas con intenciones que mueren con el ocaso.

    Viento de lebeche,
    tiempo perdido. Quieres volar de entrada en entra,
    de párrafo en párrafo.

    Viento de lebeche,
    atado en la tierra, maroma irrompible, pesadez del quehacer
    como pies en el barro.

    Viento de lebeche, dejas un soplo.
    Viento de lebeche de cuando en cuando.
    Viento de lebeche dejas un soplo,
    sólo, de cuando en cuando.


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  17. Respuestas
    1. Mi querida Framboise, . Tú sí que eres una bruja, pero una bruja buena, creas magia con un lápiz y un trozo de papel.
      El viento no puede ser bruja, son soplos esporádicos.

      Viento de lebeche

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