martes, 10 de febrero de 2015

Los ojos de mi gato


Dos ojos claros de agua verde me hipnotizan. En silencio nos miramos. En silencio nos hablamos. En el silencio de la noche se intuye ronroneo. Y la cadencia de tus uñas alternas. Uñas tremebundas. Siempre listas. Por eso naciste gato. Ronroneas.
Y al cerrar tus ojos verdes se dibuja tu sonrisa gatuna. Dos párpados grises me esconden sus sueños. ¿Con qué sueñas? te pregunto en voz baja. Vuelves a abrir los ojos. Y a ronronear, relajado, satisfecho. Y sigues callado, enigmático. Por eso eres un gato.
De piel suave, brillante y cálida que esconde una geografía de arañazos antiguos y recientes que cuentan tu historia secreta. Vida que descubro a veces cuando te acaricio. Piel negra matizada por tus canas incipientes. Piel perfumada donde hundo mi nariz; cuando en un descuido me dejas. Silvestremente impregnada por tus correrías en el monte que son sólo tuyas pero que presiento.
Acerco los dedos a tu frente, allí entre los ojos, un poco más arriba; allí donde guardas tus secretos. Y con las uñas a medio sacar, cortas el ronroneo, molesto por el atrevimiento de irrumpir en ellos.
Tu cuerpo ligeramente a la defensiva, me avisa brevemente si insisto. Pero no te temo: te conozco bien y sé leer en tu gesto tu silencio que es tu manera de seguir soñando, absorto en tu mundo donde no me dejas entrar, exigiendo respeto. Paciente, cariñoso, mimoso o reservado; a veces displicente.
Que no se me olvide que eres un gato. Quien se olvida, recibe un corto bufido. O tu ausencia.
Me observas, pupila redonda de sorpresa nocturna o afilada de suspición diurna; y me escuchas desde la experiencia de tus siete vidas. Por eso naciste gato.
Si desvío la mirada un momento o si alejo mi mano, para retenerla acercas la tuya, patita de terciopelo y me miras fijamente tal esfinge sonriente, a ver si te descifro.
Pero si, jugando a desafiarte, te clavo la mirada, me esquivas; vuelves a apagar la luz verde de tus ojos y me ignoras. O quizás me estudias, a través de tus párpados entrecerrados.
Te estiras y te vas, cansado del juego por hoy. Pero sé que dentro de un tiempo volverás con un obsequio, muy especial como siempre. Eres gato. Y de nuevo, olvidando por un momento tu esencia tranquila, me desvelarás tus secretos cuando acechas a los pájaros inalcanzables que te cautivan. O cuando juegas, rejuvenecido, con incautos ratones, sin futuro entre tus zarpas. Luego, satisfecho, te acicalarás largamente; y volverás a instalarte aquí cerca, en el sillón del cual a ratos te aleja la llamada del monte o mi ruido.
Y desde tu atalaya, otra vez se encenderán las dos luces de tus ojos verdes donde se esconden tus sueños y tus secretos.
Es que naciste gato. Gato libre. Y por eso me gustas, gato.

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22 comentarios:

  1. Precioso poema dedicado a tu gato. Me ha encantado :)

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    1. Este gato es especial y me inspira a menudo.
      Gracias Sara. :)

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  2. A LOS BUENOS y resfriados días, FRAM!!! (aaaaachís, no, no es alergia a los gatos, ES RESFRIADO TREMENS, jajajajajaja...) Y desde casita leo esta Oda al gato (que me ha recordado un capítulo de Mortadelo que leí de niño "Oda al camello, ser grácil sutil y bello", jajajajajaja...) Bien, pero nada que ver con el fondo, claro: lo tuyo es un poema en prosa y francamente bonito.
    De pequeño y en casa de mis padres, pues habían gatos...pero nunca les tuve una estima especial. En cambio a Ringo, pastor alemán que trajo mi padre cuando yo tenía 2 años y al cual le subía hasta a caballito, pues con él sí, un afecto intenso que duró hasta que lo enterramos: tenía yo 18 años y él 16 (larga vida, según las cuentas de los canes y breve según las nuestras).

    Hala, un besazo y espero que esto de la pantalla no teletransporte resfriados, jajajajajajaja...

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    1. Empezando por el final :D Tengo antivirus y menos mal porque mi resfriado ya se ha acabado... casi.
      ¿Oda al camello?... o al dromedario? Me parece que todavía estás dudando jajaja
      Volviendo al principio: Ya lo sabía... si hablo de gatos se me contesta de perros. :D Como si hubiese que elegir. Tuve de los dos, y a la vez y se llevaban estupendamente. Son distintos en su relación con el humano pero a mí me gustan por igual.
      Besote sin atchis pero con una taza de chocolate :)

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  3. Poesía pura en esta casi franciscana oda a tu gato. Me has recordado a Neruda, cuando dice:
    Sus ojos amarillos
    dejaron una sola
    ranura
    para echar las monedas de la noche.

    Entrañable escrito, que le ha puesto todavía más clarida a esta luminosa mañana.
    Un abrazo.

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    1. La poesía está en los ojos del gato y pocos saben leerla. Neruda era uno de ellos. Y Baudelaire también.
      Gracias Juan por tus bonitas palabras.
      Un abrazo con la vista de un atardecer precioso.

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  4. Los gatos son así (y las gatas). Infieles o fieles a su modo. Tu gato tiene que estar orgulloso de ti, de cómo lo mimas/acaricias/quieres y de cómo lo describes. Lo que más me gusta de los gatos (aunque sean domésticos) es la independencia y la libertad a las que nunca renuncian. Pégale una "olida" de mi parte :)

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    1. Amigo Diego, fidelidad, infidelidad y orgullo son conceptos humanos que nada tienen que ver con los gatos. ;) Son animales. Y de todos los animales domesticados, los gatos son precisamente los que menos se han dejado contaminar por la raza humana. Por eso me gustan los gatos. Aunque las gatas no tanto: son todas unas histéricas muy ruidosas cuando están en celo: tuvimos una siamesa que apenas terminaba que volvía a empezar :D Y no era nada poética o relajante, te lo aseguro. :D
      Pegada la "olida" te cuento que hoy, huele a tierra fría y tomillo silvestre y con esto me imagino donde ha estado. :)

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  5. Si miro de frente a los ojos de mi gato siempre veo un fondo indomable y una respuesta incierta, no me fio y soy incapaz de arrimarle la cara.
    pero el texto es precioso como siempre.
    Un abrazo.

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    1. Fondo indomable: normal: es gato. :)
      En cuanto a la respuesta... creo que no la hay. Salvo en nuestra imaginación.
      Si no te fias de él, él no se fiará de ti. Esto sí lo tengo claro. Pero también es cuestión de paciencia mutua. ¿no?
      Gracias Tetealca por tus palabras y más aún por tu reaparecer :))
      Abrazote.

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  6. ;))) Framboise, te cuento que la composición del texto se me antoja exquisita, sin embargo...¡¡No me gustan los gatos!!...jaja.
    B7s

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    1. :)) Bueno, Mari, es cuestión de gustos. Y también de experiencia. Y ésta sólo la da el convivir con ellos muchos años para aprender a conocerlos, a descifrar su lenguaje corporal mucho más sútil que el de los perros.
      B7s... miauuuuu :D:D

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  7. Solamente he tenido un gato, pero lo quise tanto como a los perros y me encantaba su feroz independencia.

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    1. Y yo he compartido vida con montones de gatos: desde que nací, siempre ha habido un gato cerca. Y coincido contigo: lo mejor de ellos es su independencia inquebrantable.
      Perros también ha habido pero mi relación con ellos es muy distinta.
      No recuerdo quien dijo que a un perro lo tienes y un gato te tiene a ti. ;)

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  8. Que bonito lo has hecho. tu gar to es muy feliz
    Nunca he tenido amimales en casa y eso que mis niños siempre dieron la vara... Y desde julio en el huerto tenemos dos gatos. Nos los dieron pequeñitos y dijeron que eran dos hembras...Teníamos especial cuidado de que no entraran gatos allí con dos gatas sería un buen lío...Menuda sorpresa el día que la más grande se dejó coger... tenemos una pareja....Tanto cuidao y la moza está durmiendo con su novio ;))) Ya hemos puesto remedio para no tener descendencia.
    Un beso.


    Hay que ver como salen a recibirnos y a despedirnos cuando vamos

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    1. Mi gato es feliz ¡ya lo creo! El muy bribón hace exactamente lo que le apetece :D
      Yo quizás por haberme criada rodeada de animales varios, lo veía una cosa natural para mis hijos: creo que nos pueden aportar mucho al convivir con ellos. Pero como siempre... va de gustos. ;) Pero bien es verdad que son una atadura a la hora de viajar...
      Pues ¡que os vaya bien con la parejita!... me da que por mucho que hagaís, visitas tendreís, si no de pretendientes seguro de cazadores vecinos ;) Y sus peleas son escalofriantes en los dos casos :((
      Nos contarás ;)
      Besos para ti y una caricia para ellos (si me dejan)

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  9. MI corta experiencia con los gatos no pudo ser más satisfactoria. Llegó a casa como un cachorro tierno e indefenso y tuvo una vida diría que plena y satisfactoria, libre e independiente en la casa del pueblo. Nunca fue un gato arisco, le gustaba mucho que le hicieran mimos y arrumacos. Sólo compartimos veranos pero sigo recordándole con muchísimo cariño.

    Como se desprenden en cada palabra y cada frase de tu entrada de hoy. Tan bella como los ojos de tu gato, tan suave y sedosa como su pelo. Sois unos afortunados, tu gato y tu, por teneros uno al otro.

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    1. Libre, independiente, en el campo y además con mimos... ¿qué más se puede pedir? :))
      Afortunada me he sentido con cada uno, sí. Y con mis perrros también que conste.
      Si bien cada ausencia accidental o por ley de vida ha sido un drama también...

      Besos y arrumacos y abrazote de osa (mientras calafateas...)

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  10. Arrumacos para gato y besos para ti.

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  11. Puede estar muy orgulloso tu gato, de que lo hayas obsequiado con semejante poema. Yo, que soy totalmente partidaria de los animales libres, y no de compañía, me gusta mucho ese final, así me gustas, libre.
    Un besazo :)

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    1. He tenido muchos gatos y éste es de lejos el más entrañable. Por eso me tiene tan entusiasmada.
      No sé si está orgulloso... me parece que no le importa mucho :D (otra prueba de su libertad)
      Cuando elegí publicar este texto, se lo consulté y... bostezó. :D
      Pero volvió al cabo de un rato con un ratón que me ofreció; como siempre. :D Entonces entendí que estaba de acuerdo :D
      Besote y miauuuuuu.

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