martes, 18 de abril de 2017

Un conejito de Pascua

Mi gato, que no entiende de semanas, ni santas ni paganas, que no sabe de religiones ni de ritos ni leyendas, y sólo vive al ritmo de días y noches que regula su actividad y su descanso, festejó hace poco y a su manera la vuelta de la primavera y aprovechó sus correrías por el monte a su manera también... saliendo de caza.

Su instinto depredador le lleva a menudo por el camino fácil: el de los ratoncillos.
Otras veces por el reto más complicado de los pájaros, aún a sabiendas que, de conseguirlos, se expone a mis regañinas (que, lo sé, le importan bien poco pues me mira con su sonrisa inocente pensando: "Tú, grita, grita. Pero yo me lo he pasado en grande. Y sé que se te pasará tu enfado conmigo.")
Otras veces conjuga los dos deportes y se enfrenta a un reto mucho más divertido por más difícil: la caza veraniega del murciélago, este animal mitad ratón, mitad pájaro. Y algunas veces ¡lo consigue!
Para no herir sensibilidades, no os pondré fotos de los diversos trofeos que trae a casa como regalos día sí y otro también.

Pero hace unos días, salió de caza mayor... o la caza mayor le salió al encuentro... en forma de gazapillo.
Y como buen gato que es, hizo lo que a unos parecerá crueldad pero que, a los que entendemos de gatos, no nos parece otra cosa que una prueba más de que, a pesar de vivir "domesticado", ha sabido conservar sus instintos naturales y hacer lo que hacen a veces sus primos mayores en libertad cuando el hambre no aprieta: no sacrificar a su presa en el acto sino traerla viva, observarla y jugar con ella para aprender de sus reacciones para futuras cazas.
Un gato de piso (lo que yo llamo un gato de peluche) juega con moscas porque al privarle de su libertad se le priva de la posibilidad de dar rienda suelta a su instinto cazador con presas más interesantes ¿no?...
Pero Munsi no es un gato de peluche.
Y los únicos insectos que llaman su atención son los saltamontes que deben de ser para él lo más parecido a las pipas que a los humanos nos entretienen tanto...

Ya sé que a algunos mis palabras horrorizarán pero... seamos sinceros... a mí, mucho más me horrorizan cosas como las guerras todas, la caza como deporte para presumir, el embuche de ocas, las corridas de toros, las cabras de campanarios y demás "juegos" humanos para la crueldad de los cuales siempre hay alguna excusa o justificación...

Pues sí, Munsi, mi gato, cazó un gazapillo, lo trajo al jardín, y después de introducirlo por la gatera que le permite entrar y salir de casa a su antojo, me lo regaló.
Vivito y coleando, sin una gota de sangre, sin un rasguño salvo una pequeña calva sin pelo en el cogote.
Otro gato de hace años, era un especialista de la caza de conejitos que regalaba a la perra que los miraba sin mucho interés y sin duda se preguntaba: "Y yo ¿qué hago con esto?..."
Pero este gato de ahora, quizás por no tener compiche de cuatro patas, trae sus presas a casa para compartirlas con su familia bípeda.

Sin embargo, esta presa tan poco corriente para él, le vino grande y lo dejó tan sorprendido que no hizo otra cosa que observar... hasta que se cansó y me dejó a mí a solas con el regalo.

Así que, por otros caminos que los de las leyendas, credos y ritos de Semana Santa, por otro regalo aparte de los huevos decorados y de chocolate de toda la vida,
disfruté yo este año de mi particular conejito de Pascua.



Y ¿qué pasó luego?... Pues como estaba el animalillo tan en plena forma, después de no pocos esfuerzos para capturarlo (no tengo las habilidades de mi gato y ¡hay que ver lo que brincan los conejitos!) conseguí arrinconarlo en un cubo y soltarlo fuera del jardín, aprovechando que el cazador tomaba el sol, relajadito y disfrutando de un merecido descanso, como es de ley en Semana Santa también por otra parte...


Después de un rato pensativo, el animalito indultado aprovechó su suerte y desapareció entre jaras, cantuesos y enebros, bajando hacia el riachuelo.

Quizá su aventura dé pie a una leyenda bonita que circulará de madriguera en madriguera en las primaveras venideras... Me gustaría que así fuese...

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Pompita de una semana, entre santa y pagana.
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martes, 11 de abril de 2017

No busques más


No, no busques más. Lejos de la agitación estéril y del mundanal ruido sólo existe la alegría de las ramas del manzano estrenando flores en un domingo de abril; y el zumbido de las abejas que se emborrachan de sol. No busques más, no. Aquí está el renacer.



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Pompita debajo del manzano.
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martes, 4 de abril de 2017

Mañana...

...mañana cumplimos años, mis pompitas y yo.
Y me pasa de año en año con ellas igual que me pasa con mis hijos, las miro, me asombro y me digo:
"No me lo puedo creer... ¡Pero si fue ayer cuando empezasteis a andar!... ¡Pero si fue ayer cuando empecé a soplar...! Y ¡qué creciditas os veo hijas mías! Y ¡qué guapas con estos colores en las mejillas! Incluso las menos altas y menos rubias. Jajaja... Cómo pasa el tiempo!... Qué mayor me estoy haciendo sin darme cuenta..."

 Jajaja... No me toméis a mal este arranque de ombliguismo chocheando pero desde que ya no tengo abuela (y hace años), me necesito para todo: para inyectarme optimismo si hace falta, para hacerme la pelota (ahora se dice "mimar el ego" y dicen que es muy sano de vez en cuando aunque ¡sin abusar, eh!); e incluso para regañarme sin miramientos de vez en cuando también, no vayáis a creer... Menuda era mi abuela en eso también pero ¡ojo! siempre con razón y cariño...
Y sobre todo, tal como lo hacía ella, para obligarme a reflexionar; y sobre cualquier cosa.
Ella era así de grande; y servía lo mismo para un roto que un descosido.

Y hoy al cabo de estos seis años en vuestra compañía, reflexiono y me pregunto en voz alta lo que muchas veces me pregunto en voz baja... "¿Porqué escribo?..."
... Pues... No lo sé con exactitud...
¿Será porque disfruto jugando con las palabras, las conocidas, las recién descubiertas o las inventadas?...
¿Porque soy una parlanchina empedernida quizás y mientras escribo nadie me interrumpe ni me hace perder el hilo?...
¿Porque me gusta compartir lo que me gusta con la gente que me gusta... y a veces lo que me disgusta o me entristece también?...
¿Será porque me gusta saber lo que piensa la gente que me rodea, me visita y deja un poco de sí en sus comentarios?...
¿Porque al ver lápiz-tigre y papel siento picor infantil en los dedos?...
¿Será porque pretendo dejarles a mis hijos otros recuerdos sobre mí (aparte de mi soufflé de queso por supuesto, o mis erupciones volcánicas o mis remiendos a sus rodillas y a alguna cosa más?...)

¿Por qué escribo?... pienso, mientras los mirlos alborotan en el porche contándose sus historias. Y gracias a ellos recuerdo una frase:
"Un pajarito me ha contado que estamos hechos de historias." 
Creo que es de Eduardo Galeano (pero no estoy muy segura porque lo que vuela lejos a menudo es mi memoria y a veces se mezclan mis lecturas...)
O ésa otra: "Las historias tienen que volar fuera de su jaula para no languidecer y morir."
(Ésta es de Eduvigis, la lechuza impertinente que tengo en el hombro, estoy segura.)

Y recuerdo otra frase, de Galeano también, en "El libro de los abrazos":
"¿Para qué escribe uno si no es para juntar sus pedazos?"...  
 ¿Será por eso?... ¿Por todo lo anterior?... En realidad no lo sé.

Y vosotros... ¿por qué escribís?...
Quizás en vuestras razones encuentre la mía....
Anda, porfa, decidme "¿Porqué escribís?"...

Pero si es un secreto y no me lo contáis, lo entenderé; y con uno de vuestros abrazos de cada cumpleaños bloguero, estaré satisfecha y me servirá para festejar hoy como cada martes aquí.
(bueno... martes u otros días, que en esto también a veces se me mezclan las cosas y las fechas.)

Vosotros sois mi regalo de la cajita de cada mes de abril. ¿Lo sabíais?...
Así que gracias a todos por estar aquí un día más.
Y perdonadme si alguna vez he dejado vuestro comentario sin responder, por despiste; no me gusta ser ni parecer desconsiderada. Os prometo ser más atenta. Besos a todos.

Y me callo, que voy a emocionarme.

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Pompita... emocionada.

Ps  Con la emoción se me iba a olvidar lo que os digo casi cada año:
       "Mientras haya agua limpia, jabón perfumado y ganas de soplar..." ;)
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