martes, 9 de enero de 2018

Magia incomprendida

Salían de la ducha, apenas envueltos en las mantas esponjosas de ondas grisáceas colgadas de los árboles. Y lo adivinaron todo al toparse con la silueta negra que los olisqueaba desde abajo:
El gato apenas se movía, husmeando el cielo donde hoy no adivinaba ningún aletear prometedor.
El animal no entendía nada de este silencio expectante y sin ecos.
Pero ellos lo sabían desde hacía días: pronto les dejarían salir a tropel para jugar. Sus rizos blancos brillaban de impaciencia, su piel azulada se estremecía de placer anticipado...
Repasaron las imágenes guardadas de sus anteriores juegos y fechorías y ya listos, se amontonaron cerca de la puerta: era su hora. Iban a caer mansamente o bailando encima del paisaje.
Y los duendes de los copos hicieron su entrada. Nieve susurrante.
Nieva. Y sigue nevando. El gato negro se pasea, lame las gotas blancas que se escurren en su lomo. Y, desconcertado, da una vuelta al jardín irreconocible. Espera el sol... que hoy está de huelga.
El cielo sigue lleno de duendes juguetones. Le incordian: no entiende la risa de estos seres mojados y azules.
...Y se refugia en casa, cerca de la chimenea que ronronea.

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Pompita blanca y sonriente.
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14 comentarios:

  1. Hace bastante que no he visto nevar y tu escrito me ha abierto las compuerta de los recuerdos. También me gustaría ronronear tras la ventana con su visión y quizás hasta me atrevería a disfrutar, al aire frío y libre, de ese baile de azules.
    Besos.

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    1. Poco duró aquí (aunque nos prometen otra, los que saben). Hace años era de lo más normal estar así durante por lo menos una semana o más (con su lado bonito y lúdico; y también sus inconvenientes en este sitio alejado del pueblo que a la hora de limpiar calles nos tiene siempre olvidados...)
      Yo, tan friolera, sin embargo la disfruto, bien abrigada esto sí. Y también del ronroneo de la chimenea y del gato :)
      Besos, hoy con frío, aire y sol.

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  2. Un relato precioso!! Me ha encantado!!
    Besicos!!

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  3. Hoy me dejé llevar por este momento poético de tu bello relato, la nieve antes de caer y ese gato negro olisqueando el aire e intuyendo que algo no está como siempre, ya sabemos lo poco que a los felinos les gustan las sopresas.

    Y digo me dejé llevar, porque la nieve y yo tenemos una comunión especial, mis primeros años de vida los viví en la Sierra madrileña, cuando nevaba cada invierno con ganas, luego vagué un tiempo por allí y por allá, donde no solía nevar, y añoraba mucho esos inviernos blancos.

    Ahora resulta que nieva hasta a pie de playa y no en Madrid capital, vaya rollo.

    Ah, y mi gripe tiene que ver, según dicen, más con la contaminación y ese "invierno caluroso" que tuvimos hasta hace muy poco que con este frío que a mí me revitaliza.

    Si tuviera una chimenea, me pondría enroscada a leer mientras oigo crepitar el fuego de fondo y a mi gata loquita ronroneando como un camión.

    Un beso,

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    1. En efecto, Tesa-adicta a los gatos, bien lo sabes: a los felinos no les gustan las sorpresas. Y como cada año nieva menos, el mío se sorprendió y su paseo fue corto: se está haciendo mayor, pobrecito... Le recuerdo de pequeño jugando con los copos de nieve, sin importarle el frío. Además una estampa preciosa: él tan negro sobre fondo tan blanco. :)
      Y sí, tienes razón: la combinación frío+contaminación+calor inusual anterior es un caldo de cultivo ideal para la gripe ;) Aunque, no te creas que aquí, donde, ya lo sabes, el aire es más puro, no caen también los vacunados y/o no-vacunados. ¿Será también cuestión de sensibilidad individual...? Puede... No sé... No es mi punto débil (¡ya tengo otros para compensar! :D)
      La chimenea más el ronroneo del gato más una mantita más un tazón humeante de lo que sea más una buena lectura... todo esto después de un buen paseo al aire frío y... en la gloria estoy. :)
      Besos y cuídate mucho, griposa.

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  4. Millones de tus duendes juguetones se viniero para Béjar. Nos cayó un nevazo,como dicen por aquí, de aupa. Hacía muchos años que no veíamos los duendes tan "albototaos". Espero que se conserve. Subimos a la Covatilla con las motos, es la 6ª, la primera semana de febrero.
    Que lindo relato!!
    Buena noche Fram.
    Besos.

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    1. Sí, se fueron todos a tu querido Béjar, Laura... y aquí ya no quedan más que algunos en lo alto del Estepar. :(
      ¡Que los disfrutéis en la Covatilla, vesperos! :)) Yo, en febrero, me iré a ver montones y montones de ellos en...¡Sorpresa! :D (a ver cómo me salen las fotos... :DD)
      Buenos días, Laura.
      Besos y sonrisas.

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  5. Al menos tu gato tiene la chimenea alternativa ronroneante :) Sabes que prefiero el gato salvaje (no digamos el montés), que se busca su apaño en el monte acurrucado en cualquier rincón, leñera, ruina, covacha donde también encuentra su acomodo sin necesidad de ronronearle a nadie :) Abrazos gatunos :)

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    1. Tú que sabes tanto de bichos varios, ​d​iego​, ​me sorprende que no sepas que​ NO ronronea un gato para hacerle la pelota a nadie; lo hace para expresar su felicidad: cuando ha cazado algo​ por ejemplo​ o cuando ​está relajado tumbado al sol​. ​
      E incluso para relajarse a sí mismo cuando está asustado también: he oído a Mun ronronear en la mesa de operaciones de la veterinaria mientras ella le estaba hurgando en una herida.
      Y ronronear lo hacen casi todos los felinos, grandes y pequeños, ​independientemente de su estatus de ​libertad absoluta​ (como los leones por ejemplo) o ​​disponiendo de chimenea acogedora como el gato mío.
      Igual que los humanos sonreímos​ cuando estamos​ a gusto ;) o los pájaros ​que​ cantan​ cuando sale el sol​ :)
      ​... ¡Ya sé cúal será el próximo libro que te regalaré! :D
      Te lo has buscado :D
      Miau.​ :)

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  6. Creo que he visto una Musa entrando por tu chimenea y otra bailando por el jardín...Despierta, Pompita, que tenemos días de primavera en este loco invierno...

    Un beso,

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    1. :D Pobre Musa. Se va a quemar las alas si intenta bajar por aquí sin tener en cuenta que por las noches sigue ronroneando la chimenea.:D
      Tranquila Tesa, ya despertaré de este duermevela y volveré a olvidarme del reloj-come-tiempo.
      Besotes, bruja ;)

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  7. Ha elegido bien el título a su escrito de hoy, pues mágica es la nieve cuando pensamos en ella no como un meteoro, sino como inspiración, como ha hecho usted.
    Saludos.

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    1. Con todos los fenómenos meteorológicos me pasa lo mismo: me maravillan. Los científicos se ríen a veces de mis interpretaciones pero... :))
      Abrazos y sonrisas, Dlt. Hoy con sol y frío. Buena mezcla para disfrutar.

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